• Con décadas de experiencia en estudios relacionados con la
apicultura, el Campus Córdoba del Colegio de Postgraduados inicia
este año cinco nuevos proyectos para fortalecer la Estrategia Nacional de Conservación y Uso Sustentable de Polinizadores (ENCUSP).
• El Día Mundial de las Abejas se celebra cada 20 de mayo para concienciar ante la pérdida masiva de estos insectos y otros polinizadores, que supone un grave problema a nivel global.
• Conocerlas mejor, entender su importancia y sembrar plantas que las ayuden son las principales propuestas de los investigadores para que la población contribuya a preservar a las abejas.
Las abejas corren el peligro real de extinguirse, según las Naciones Unidas. Esta tendencia mundial afecta también a la región de las Altas Montañas, por eso desarrollar estrategias para preservarlas es una tarea de vital importancia a la cual contribuye desde hace años el Colegio de Postgraduados Campus Córdoba. En 2022, se suman a este trabajo cinco nuevos proyectos de investigación e incidencia orientados a fortalecer, desde diferentes ámbitos, la Estrategia Nacional de Conservación y Uso Sustentable de Polinizadores (ENCUSP).
El Doctor Juan Antonio Pérez Sato, profesor investigador del Campus, encabeza uno de estos proyectos. Él empezó a trabajar con estos insectos en 1994 y advierte sobre la reducción de las poblaciones de abejas nativas: “están siendo fuertemente afectadas por la actividad humana. Por la destrucción de sus hábitats, cada vez es más difícil para las abejas encontrar sitios con plantas que les ofrezcan alimento y refugio para construir sus nidos”. El Dr. Pérez Sato explica que la mayor satisfacción de su trabajo es compartir su experiencia en la crianza y cuidado de abejas a productores y estudiantes a través de capacitaciones en comunidades o en el Campus, donde hay 120 colonias de abejas Apis mellifera (común europea, con aguijón) y 200 colonias de abejas sin aguijón, nativas del continente americano. “La vida humana depende en gran medida de la supervivencia de
las abejas”, explica el académico. “Si las abejas continúan desapareciendo, el rendimiento de al menos 87 cultivos se vería seriamente afectado”.
La investigadora Natalia Real Luna, quien trabaja en colaboración con el Dr. Pérez Sato y otros académicos del Colpos Campus Córdoba, señala que las abejas no son indispensables solamente para los cultivos, sino también para “la conservación de plantas silvestres”, ayudando al “equilibrio ecológico de los ecosistemas”. Entre los avances más significativos de su experiencia trabajando con estos insectos, la especialista en entomología destaca el diseño de un meliponario (espacio donde se resguardan las abejas sin aguijón) con bambú, además del desarrollo de la patente de una caja para la multiplicación y producción de miel de estas abejas, ambos logrados a partir del trabajo colaborativo con otros investigadores.
Actualmente la Maestra Real Luna desarrolla, como parte de sus estudios de doctorado, un proyecto para registrar los saberes tradicionales y científicos para la conservación de abejas sin aguijón en la comunidad cordobesa de Cervantes y Lozada. Allí han establecido un meliponario y un jardín de polinizadores donde dan cursos de capacitación a los alumnos de la escuela primaria de la comunidad y a toda la población interesada. “Resulta importante conocer las plantas que hospedan y proporcionan alimento a las abejas, con el fin de promover su conservación y su proliferación en áreas urbanas, semiurbanas y rurales, para asegurar que las abejas siempre tengan alimento”, explica.
Además de la perspectiva apicultora y de producción de miel, en el Colpos Campus Córdoba hay otros acercamientos a la preservación de polinizadores. En la línea del paisaje y la educación ambiental va el proyecto encabezado por el Dr. Rafael A. Muñoz Márquez Trujillo, profesor investigador y actual responsable de la dirección del Campus. En colaboración con otros académicos, desarrollarán un sendero interpretativo enfocado en polinizadores, para que los paseantes puedan aprender de los insectos y las plantas que, en este caso, son útiles para atraer abejas. El Dr. Muñoz Márquez cree que la información y sensibilización, “que es tarea de nosotros, los educadores e investigadores”, es imprescindible para contrarrestar la amenaza que enfrentan las abejas. “Tenemos que
hacer más trabajo para que la gente esté consciente de ello, ver su importancia y preservarlas”, señala.
También desde el área de paisajes y diseño de jardines, está arrancando el proyecto “Diseño y establecimiento de plantaciones naturalistas para polinizadores”, dirigido por el Dr. J. Cruz García Albarado. “Se está trabajando en colectar plantas silvestres así como domesticadas, contenidas en huertos familiares de la región de las Altas Montañas y de otras zonas de México”, explica el profesor investigador. Esas especies servirán para conformar jardines naturalistas, con los que el Dr. García Albarado tiene más de diez años de experiencia, gracias a la cual es consciente de otros beneficios que se suman a la atracción de abejas y polinizadores. “Se busca especialmente diseñar plantaciones que se adapten a condiciones extremas como la sequía, pero que cumplan con gran atractivo visual para los usuarios de áreas verdes”, explica. El reto está en que algunas de las plantas silvestres que atraen abejas “son consideradas como monte o malas hierbas”, apunta el investigador, “sin embargo, con algunos criterios de diseño, estas plantas se pueden incorporar a los jardines para que las personas las perciban positivamente, y las puedan incorporar en sus jardines o huertos familiares”.
Es en este último punto en el que todos los investigadores hacen énfasis especial. “Debemos aprovechar los espacios de nuestros jardines, los bordes de los cultivos, calles y caminos para sembrar plantas que beneficien a las abejas”, recomienda el Dr. Pérez Sato. El Dr. García Albarado menciona concretamente el Centratherum punctatum, la Salvia coccinea o la S. purpurea, además de variedad de especies de Cosmos o de Zinnia. Por su parte, la Maestra Natalia Real Luna agrega el pequeño árbol comúnmente llamado saúco (Sambucus nigra) o la planta de grandes flores amarillas conocida como gigantón (Tithonia diversifolia).