viernes, 18 de enero de 2013

CERO EN CONDUCTA.

REFLEXIÓN  MATUTINA DE UN VIEJO LOBO DE MAR

Tetraheroica Veracruz  el viernes 18  de enero  del 2013.

   
Tras mi relación acerca de lo ocurrido al Cañonero Guanajuato o C-O7  al caer en las manos de políticos y empresarios corruptos que lo han dejado inundado y al garete en Boca del Río, surgió la observación de los acontecido al barco de transporte “DURANGO” cedido por la Secretaría de Marina /SEMAR) al gobierno del Estado de Sinaloa, el cual terminó en calidad de chatarra en los muelles de Mazatlán.

CERO  EN  CONDUCTA.

POR: Edwin Corona y Cepeda

Instructor Internacional de Buceo.

Y a este hecho verídico le agregaba, como colofón la apostilla de que, si los buques de la Armada los convierten en chatarra, no es de extrañar lo que pasa con lo que queda de nuestra Marina Mercante, y a lo que yo agregaría ¿Cuál?.
   
Pues bien, como reacción en cadena, esta acotación trajo a colación una observación  en la que se menciona que aunque el resultado parezca el mismo,  las condiciones resultan diametralmente opuestas ya que – según se indica – los barcos de la Armada son del gobierno y  tienen un uso determinado, mientras  que los de la Marina Mercante – en la mayoría de los casos, afirma,  -  pertenecen a un particular.  Y termina explicando que ambas, como el agua y el aceite, no se mezclan.
     
Sin embargo, hemos de reconocer que el origen de la Marina de Guerra o Armada fue la de proteger, escoltar y vigilar el transporte de mercaderías  y pasajeros en la Marina Mercante y que fue esta la que  dio origen a usos, costumbres y tradiciones que aún hoy en día, se mantienen enhiestas dentro del panorama histórico de las naves en su trayectoria marítima y del que, para expresar su necesidad e importancia en el desarrollo económico de un país, carece mi pobre lenguaje de las palabras suficientemente enérgicas,  claras, deslumbradoras y convincentes.
      
La falta de una Marina Mercante en la que en lo más alto de la arboladura del navío ondee nuestra enseña nacional, es triste y manifiesta pues no es posible que países carentes de una entrada al mar como Suiza y Bolivia, las banderas de sus navíos surquen los océanos ante la incompetencia de nuestras autoridades, que solapan la afirmación de que la Marina Mercante  debe ser operada por empresas o empresarios mexicanos, sin otorgar los permisos, facilidades y financiamiento para conformar una flota internacional pujante y poderosa que contribuya al resurgimiento económico del país.
   
Esta obligación, al carecer México de una verdadera Secretaría de Marina,  compete, indudablemente, a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes  (SCT) que nada ha hecho para establecer  un comercio marítimo internacional, como tampoco nada ha hecho por romper esa línea trágica que nos limita, nos oprime y nos esclaviza al permitir que las instalaciones portuarias caigan en manos de los buitres internacionales.
  
A tal grado ha llegado la ineptitud  de este órgano del Ejecutivo que hasta la fecha, vemos y sentimos  las consecuencias, que, sobre todo en los dos últimos sexenios, ha generado su pasado delictuosamente inútil.  
   
Esta dependencia oficial en cuya estructura orgánica encuadra a la Marina Mercante, las Escuelas Náuticas, las Administraciones Portuarias, las Capitanías de Puerto, la Dirección de Faros, la de Puertos y un sinnúmero de oficinas más en las que se incluyen un sinfín de civiles que nunca se han mojado el trasero en el mar, y que se la pasan “planeando” las “estrategias” de obsoletos e inoperantes Planes de Desarrollo Portuario, conforman una contradicción escandalosa, un sarcasmo inconcebible, un pesadísimo lastre  que impide el surgimiento de una verdadera flota mercante.
 
Nuestra reprobación sube de tono y nuestra protesta nos enfurece e inflama cuando nos damos cuenta de que el enemigo toca ya, avaro y codicioso a nuestras puertas, suyos son ya las instalaciones portuarias, los recursos petroleros submarinos, nuestros arrecifes, nuestros mares y nuestros puertos. En sus manos permanecen las aguas de los océanos que nos rodean y la recuperación y la posesión se imponen,
   
“Abandonad esos puertos porque nosotros los necesitamos” parece que dijeron últimamente los inversionistas gringos  a los mexicanos y estos, a lo pendejo, tuvieron que cedérselos, siendo visible el estado de paria e indefensión  que en su Patria misma tiene el trabajador mexicano y que ya es tiempo de rebelarse contra tan funesta situación que cotidianamente se presenta en todo el ambiente portuario, donde se trabaja impunemente y al margen de las normas de seguridad.
   
En este mismo espacio hemos denunciado el despertar del dragón dormido del Asia milenaria, que bajo el emblema de los gigantescos silos erigidos junto al Puente Morelos de Veracruz , se yerguen amenazantes ante la posibilidad de causar otra tragedia  como la ocurrida en días pasados que ocasionó la muerte de un trabajador, resultando otro herido.
    
Ambos operarios pertenecen al personal de la prestanombres Terminales de Carga Especializada  (TCE) , bajo cuyo rubro se esconde la trasnacional Archer Daniels Middland (ADM) que es la verdadera propietaria de las acciones de TCE, situación ante  la que la Administración Portuaria Integral (APIVER) y la SCT se hacen de la vista gorda. 
   
Resulta que ante el fuerte “norte”, cuyas ráfagas fueron en ocasiones superiores a los 100 Km/h  ocurrido el pasado lunes 15 de enero, la mayoría de las empresas que laboran en el recinto portuario (CICE, CPV y  SSA entre otras) pararon sus maniobras alrededor de las 5 de la mañana, mientras la trasnacional en cuestión , continuo  con sus operaciones, dando acceso al segundo turno, pese al incremento del vendaval, que en esa zona azota fuertemente.   
   
Ocurrió entonces que el obrero  Jorge Alberto García Covarrubias recibió la orden por conducto del  “capataz”  Alfonso Suárez de abrir la tolva del vagón de ferrocarril para descargar en él la carga correspondiente de uno de los barcos extranjeros. De pronto, al tratar de efectuar la maniobra, una fuerte racha del huracanado viento arrojó al suelo desde una altura de más de tres metros al infortunado trabajador, quien, careciendo de las más elemental protección contra este tipo de contingencias, como los son seguros, bandolas, cables, casco y mosquetones fue a parar su caída en el duro pavimento  lo que le ocasionó una grave fractura en los pies y en una pierna, pues, de los males el menos, para su fortuna cayó parado  
   
Ante el suceso, se levantó el consiguiente reporte en el que falsamente se consigna que el trabajador “voluntariamente” y sin que nadie se diera cuenta fue a levantar la tolva.
       
Con esto se confirma, una vez más, que el lema de TCE de “Cero Accidentes” es falso y lo que resulta verdadero es que dicha empresa debería cambiarlo por el de “Cero Silos” (no sirve ni uno y son un peligro latente), “Cero Seguridad” (ya que no permiten la intervención y supervisión de Protección Civil) y  “Cero  Reparto” (pero de utilidades).
   
Pero lo más probable es que a quien se califique  con  “Cero en Conducta” es al Director de la APIVER Ignacio Fernández Carbajal, quien seguramente declarará a la prensa que este malhadado suceso fue ocasionado “por la tremenda salinidad de Veracruz”, Con copia al Lic. Sergio Cortina  Egea titular de la Secretarias del Trabajo y  Previsión Social en Veracruz, a los encargados de Protección Civil Municipal y Estatal y a la Delegación del IMSS en Veracruz.    

SUGERENCIA DEL CHEF.
 
Cualquier pay, pero sobre todo el de limón, será más apreciado si se deja un par de horas en el refrigerador antes de servirlo.
    
PICADAS  JAROCHAS.
PREFERENCIA.
   
Don Aquiles Baeza  Parada, viejo pescador octogenario, le pregunta a su colega Sobastian “El Negro” Rosas:

Oye “Negro” y tu, ¿prefieres el sexo o la Navidad?

¡El sexo, claro!. Navidad hay todos los años, aburre.

¡QUE TENGAN  UN  BUEN  DÍA!

Comentarios y sugerencias al correo edwin_coronaii@hotmail.com

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